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El amor (y la infidelidad) en los tiempos de las Apps Parte 3

Hoy por la mañana mientras miraba las noticias escuché una frase fantástica que va muy de acuerdo a esta parte de mi estudio antropológico sobre las aplicaciones para las relaciones personales: “Los únicos hombres fieles que existen, son los fieles difuntos”.

Claro, no sólo los hombres pueden ser infieles, también las mujeres y más cuando entre la clandestinidad del internet, algunos aprovechan el ‘match’ o ‘crush’ para el desestrés del día a día.

Mientras escarbaba el catálogo de caballeros en Tinder pude ver algunos que su primer foto para impresionar o ligar era nada más y nada menos que… ¡la de su boda!, o la bonita foto en pareja.

Pero nada de esto tiene sentido si no les voy a contar la mejor historia de hombres curiosos con pareja que me encontré en Tinder, y por la cual soy la bruja malvada del cuento o la puta que coqueteó con un hombre que tiene novia.

Resulta que un día mientras hacíamos work lunch mis amigas y yo, me puse ‘a ver qué miraba en el Tinder’ y ¡que me voy encontrando al novio de una compañera!

Para ser certeros, nunca lo había visto en persona al sujeto en cuestión, pero como a la compañera la tenía en Facebook, pues siempre sus posteos eran dedicados al ‘MEJOR NOVIO DEL PLANETA’, el cual me acababa de encontrar en la app.

12200638_916026871767094_1439567615_n¿Qué hice?… pues grité y se lo dije a mis amigas, las cuales me dijeron: “dale corazón a ver qué pasa” (sí fue así no se hagan, diablillas). Y pues yo soy bien obediente así que le di Like, y en segundos, Tinder me dijo: “It’s a Match! Fulanito y tú se gustan”.

Y así inició todo, en una plática en la cual comencé diciéndole que creía conocerlo, pero que no estaba segura, luego mis amigas que le dijera esto y aquello, mientras decíamos que era un cabrón por tener novia y estar buscando ‘algo’ en Tinder.

¿Qué te parece si vemos películas?, fue la pregunta comprometedora que me hizo, seguida por ¿tienes roomies?, mi respuesta fue sí, sí tengo. Yo le pregunté que si él tenía y me contestó que también tenía, “pero que se iban”. Atentos, tanto mis amigas como yo sabíamos que este tipo vivía con nuestra compañera, y comenzamos a blasfemar.

Culminamos en que veríamos películas en su casa… sí, el viejo truco de ‘ver películas’, y yo me chupo el dedo ‘Fulanito’.

La verdad no pude con eso, la chica me caía muy bien, a mi ver era una buena mujer y muy inteligente. Al día siguiente le dije la neta, que conocía a su novia y que desde el principio sabía quién era y que sólo estaba viendo hasta dónde iba a llegar, a lo que él así quitadooote de la pena me dijo –“Ay no, no pasa nada, estoy en Tinder porque estoy viendo cómo funciona la aplicación”, también sabíamos que era arquitecto, osea, nada que ver con informática, diseño de app’s ni nada de eso, pero le otorgo el beneficio de la duda. Yo le comenté que pues ni me interesaba cuál era su coartada, ya que la novia no era mi amiga, ni tampoco iría con el chisme a decirle, ya saben, esas cosas siempre resultan mal.
12204683_916026878433760_1103397163_nAsí que, le dije que no le diría nada a su novia pero que se fijara a quién le daba match ya que en una de esas se topaba con alguna que sí fuera amiga de su novia y entonces sí, la cosa se pondría fea.

Después de eso, la novia me eliminó de Facebook, luego me volvió a pedir una solicitud de amistad a la cual yo acepté porque nunca pensé que el novio, que además de mala coartada le dijera algo.

Hasta el momento, no sé qué fue lo que el novio cobarde le dijo, no me interesa mucho, sólo les puedo decir que la compañera no me habla, me ignora y seguro cada que me mira no me ha de bajar de zorra.

Y bueno, después me encontré a dos que tres casados, uno excompañero que me explicó que estaba en Tinder para ‘vender’, otro que de plano sí me dijo que era un cabrón y que buscaba amantes.

Su historia es muy interesante, ya que al momento somos amigos y me muestra esa otra cara de Tinder, la de la clandestinidad y las citas en secreto a los moteles, de esas que al salir ‘ni te conozco, ni te he visto en la vida’…

¿Cómo ven?, ¿Quieren saber más?

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Mis historias, Periodismo

El amor en los tiempos de las Apps Parte 2

En pleno siglo XXI cuando una parte del ser humano trata de reconectarse con la naturaleza, buscan consumir más alimentos orgánicos, concientizarse del cambio climático, uno de los aspectos de éxito en la vida de las personas se ha revolucionado; EL AMOR, EL ROMANCE Y LAS RELACIONES PERSONALES.

A la fecha existen cientos de libros, películas, canciones, poemas, obras, entre muchas cosas más que nos hablan del amor, viendo el cortejo como algo romántico y maravilloso, sin embargo para los jóvenes eso resulta aburrido y poco emocionante.

¿Qué es Tinder? Lo resumiré, es el “Cupido” de nuestros tiempos, no trae flechas, ni alas, ni pañales, tampoco es un querubín travieso que anda por la vida haciendo de las suyas. Tinder está al alcance de un ‘tache’ o de un ‘corazón’, de un ‘Yes’ o de un ‘Nope’, y sólo utilizando tu celular.

Las cifras de Forbes presumen que la aplicación de la llama facilita 14 millones de encuentros románticos por día en todo el mundo… ahora entiendo por qué Cupido se jubiló.

TinderRetomando la primera impresión que tuve al abrir mi aplicación, les puedo contar que lamento no haber grabado mi cara de sorpresa y morbo. Lo primero que hice fue enlazar Tinder con Facebook, y rápidamente los dioses del algoritmo comenzaron a actuar pues ante mí pude tener a un vistazo cientos de hombres con un rango de 18 a 55 años, a una distancia de hasta 160 km de mi ubicación.

Al leer sobre esta app, descubrí que para que fuera más efectiva mi búsqueda del amor debía optimizar mis preferencias de búsqueda, y claro, puse las fotos en las que mi gordura no fuera tan evidente y ¿qué creen? ¡FUNCIONÓ!

Recuerdo que el primer ‘match’ (palabra utilizada por Tinder para decirte que a la persona que le acabas de dar Like o corazón también le gustaste) fue un chavo de 27 años, atlético, viajero, y muy guapo, ¡no lo podía creer!, les juro que en si nos hubiéramos encontrado en un bar o en un antro, jamás se hubiera fijado en mí, pero contra todo pronóstico ligué con un forrazo y sus primeras palabras dulces, románticas y tiernas para enamorarme fueron: “¿Coges?” .

Paso siguiente, me asusté y cerré la app cual adolescente ñoña que tiene miedo a todo.

Obvio no me iba a dejar vencer y mi morbo pudo más que mi moral, así que seguí hurgando a Tinder y cuando menos pensé, en menos de 3 semanas tenía más de 100 hombres con los cuales podría salir o tener una cita, pero en realidad, sólo escribía con 10, de los cuales con 5 no pasaba del “hola”, “¿cómo estás?”, y de los otros 5 contactos útiles, con 3 había compartido número telefónico o una red social.

Sí hubo quienes eran más elaborados a la hora de pedirme una noche de copas, una noche loca, otros de plano se iban a la segura y me aclaraban que nada de romance y pura acción.

La verdad me dio miedo y en un mes de haber descargado la app, la eliminé de mi celular.

Pero la verdad me había quedado con la espina de qué podría haber pasado sí seguía buscando a Romeo entre tanto Jumeo, así que hace unos 4 o 5 meses la descargué de nuevo y fue así como llegó a mí la idea de escribir sobre lo que los jóvenes de hoy queremos en las relaciones personales y cómo le hacemos para lograrlo.

Mi primer cita tinderiana fue con… le pondremos “Oaxaca”, tuvimos afinidad en cuanto a música, ambos estudiamos lo mismo, y nos gustaba el cine, por ello decidimos salir al cine, en realidad nos divertimos, platicamos mucho y fue ameno. Tenía muy claro que no quería una relación, así que evidentemente al descubrir eso ya sabía a dónde iba todo.

Y es que en la actualidad, tanto hombres como mujeres tenemos terror al compromiso, la palabra nos da como un hormigueo en todo el cuerpo, y eso se pone peor después de dar por perdida una relación en la que te viste dando el sí, obviamente después de dar otras cosas. Tener una relación implica, sacrificar: dinero, otros prospectos o amigos cariñosos, aprender el bonito arte de ceder por la otra persona, compartir tu espacio, tu comida, tu día a día y sobre todo tu valioso tiempo para que al final, todo termine en un ‘muchas gracias por participar’ si en realidad no es la persona de tu vida, o decides que no quieres compartir tu vida para siempre con él o ella.

Entonces, una de mis primeras conclusiones a las que llegué al analizar Tinder es que ahí llegamos todos aquellos que acabamos de terminar una relación, los que desean tener sexo sin complicaciones y con personas distintas cada vez y sin pagar por ello, alguno que otro casado, o con novia que desea echarse una ‘canita al aire’ y los que piensan erróneamente que ahí van a encontrar a su media naranja.

Y retomando el tema de los que les gusta tener de ‘a dos’, pronto les contaré a cuántos casados o con novia me he encontrado buscando algo más…

Pero esa, es otra historia.

Tengo tanto para contarles.

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Mis historias, Periodismo

El amor en los tiempos de las Apps 1 era parte

romeo-julieta--644x362Cuenta la leyenda que hace muchos años, cuando nuestros abuelos y aún en la época de nuestros padres, el amor a primera vista o el cortejo ese de las películas de antaño sí existió.

Esos amores a la Romeo y Julieta, o como el de mi abuela y mi abuelo que se conocieron desde pequeños cuando mi ‘Tata’ andaba con sus ‘cosas al aire’, y mi ‘Nana’ ya lavaba la ropa de toda su familia y tiempo después sus encuentros eran en el patio de la casa de mi abuelita, sentados a una distancia de 10 metros desgranando elotes, mientras que mi bisabuelo los vigilaba con ojos de pistola.

Resulta ingrato decir que el amor no existe, cuando veo entre algunas de mis amigas y amigos suspirar por sus parejas en medio de mí, la solterona del grupo, la quedada en mi pueblo, la que se va a quedar sola según mis enemigas.

tinder-problemas

IMG_6679Después de terminar una relación de la que pensé ‘sería la buena’, quedé devastada, y me prometí no sufrir jamás, entonces alguna de mis amigas me pasó un tip para divertirme un poco… Y es ahí donde empieza esta travesía.

Por eso el logo de la ‘llama’ pues es fuego o casi un incendio lo que puedes encontrar al picarle a Tinder.

La primera vez que abrí la app quedé impactada al ver una especie de catálogo de hombres de todas las edades, complexiones, estaturas y colores. Confieso que nunca fui ni soy buena para eso del ligue, así que ya se imaginarán el temor de no tener un solo ‘match’ en Tinder.

Pero no saben cómo me fue…

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Foto: Rubén Espinoza /Cuartoscuro.com
Periodismo, Violencia

Rubén Espinosa somos todos

“En la calle codo a codo somos mucho más que dos”… Mario Benedetti

Concentración de periodistas en el Ángel de la Independencia. Foto: Rubén Espinosa

Concentración de periodistas en el Ángel de la Independencia. Foto: Rubén Espinosa

Este fin de semana no fue soleado para el gremio de periodistas en México, una vez más la tinta y las imágenes que se usan para decir la verdad se tiñeron de sangre.

El tema del asesinato a un periodista más, ha puesto a temblar a México, y no es para menos pues además de Rubén Espinosa, fotorreportero de Proceso y Cuartoscuro, también fueron asesinadas cuatro mujeres, dos de ellas presuntamente fueron violadas y ya han sido identificadas como activistas.

Un crimen imperdonable, tanto por el asesinato a cuatro mujeres, como el del joven fotógrafo que ya con anterioridad había denunciado el acoso y hostigamiento del gobierno en Veracruz, entidad en la que laboraba como periodista hasta hace alrededor de dos meses, cuando decidió por seguridad ‘refugiarse’ en la Ciudad de México.

“Me da mucho coraje, tristeza y dolor también que una persona decida el rumbo de mi vida, haya decidido cuándo o en qué momento tengo que irme porque es mi seguridad”, declaró así Rubén cuando fue entrevistado al programa Periodistas de a Pie del canal de televisión por internet Rompeviento.tv, cuando se decidió por el autoexilio en la Ciudad de México al ser perseguido y vigilado por individuos que él mismo identificó como policías vestidos de civiles, desde el 2012 estuvo esquivando desde golpes, prohibición para entrar a actos oficiales en Veracruz, y otros anuncios de que el fotorreportero no era una persona grata para el gobernador Duarte.

Portada de la Revista Proceso. Foto/Rubén Espinosa

Portada de la Revista Proceso. Foto/Rubén Espinosa

¿Qué le dolió a Javier Duarte, gobernador de Veracruz?

Muchos apuntan que la foto utilizada en la portada de la revista Proceso con el título: Veracruz, estado sin ley, en la que Espinosa retrata a un Duarte ‘malencarado’, con una cachucha de la Policía, fue razón para que el gobernador veracruzano se enojara, y señalan que la revista en Veracruz fue comprada a granel. Esto y mucho más es la información que ha salido a la luz desde el pasado sábado cuando la hermana de Rubén identificó uno de los cuerpos encontrados en un departamento de la colonia Narvarte como el de su hermano.

Son muchas las preguntas, pocas las respuestas, las que hay son ilusorias, son pobres y hasta inciertas, me aventuro a creer que el periodismo ya no tiene salvación, que nadie te cuida, nadie te respalda solo el cobijo de tus familiares que te advierten que no seas el héroe, que no lleva a nada bueno.

Como periodista, porque me jacto de serlo, he experimentado el olor de la calle, como reportera de ciudad en el norte de Sinaloa aprendí a oler la nota, a encontrar por debajo de las piedras la información, nunca me conformé con el boletín de prensa ni con poner la grabadora ante la fuente oficial, sino que decidí muchas veces retarla, sin importarme de qué color era el entrevistado. Como reportera de policiaca, aprendí lo que era el riesgo, el estar en una zona de asesinato y saber que alguien del otro lado de la calle está alguien viendo e identificando quién va a los hechos policiacos vinculados con el narcotráfico en la zona de Sinaloa, y saber que al llegar al periódico no sirve de nada redactar una nota y firmarla como ‘Redacción’.

Sentirte perseguido cuando vas de camino a tu casa, que te detengan en retenes jóvenes encapuchados con armas AK-47 y en tono burlón te digan que ‘si traes el periódico de esa madrugada’. Sé y puedo describir de manera perfecta cómo es el olor de la pólvora sobre el asfalto, cómo dejar a un lado el dolor de los niños a los que asesinaron delante de ellos a sus padres, el dolor de una sociedad que luchaba por hacer su vida cotidiana entre el fuego cruzado, el llegar a tu trabajo y recibir llamadas de presuntos ejecutores de la violencia en la ciudad y te digan: “no me llames sicario, llámame gatillero, comando armado”, y dicten tu agenda cotidiana, tener que callar lo que los testigos de hechos te digan y sólo escribir lo que las fuentes oficiales como las corporaciones policiacas, y el sistema de justicia te dice para evitar problemas.

Todo eso no me importaba mucho como llegar por la madrugada a mi casa y ver a mi madre en vela esperando mi llegada, esto, todos los días, fue el principal motivo para decidir cambiar mi ciudad, dejar a mi familia, mi casa, mi carro, mi vida, mis amigos y mi trabajo por algo distinto, además de que la profesión de periodista nunca ha sido bien pagada en la provincia, no sirve de nada el arriesgarte, el ver como compañeros periodistas han visto efectivo el aviso de censura con la muerte no valía la pena.

Foto: Rubén EspinosaY fue hasta este fin de semana que dejé de ver al Distrito Federal como la ciudad en la que puedes refugiarte, el asesinato de Rubén Espinosa me deja pensando, me deja triste y con un gran dolor al ver que en México un periodista no tiene para donde correr, y por más que denuncies que están atentando por tu vida por decir la verdad, nadie te hará caso.

Ayer domingo, durante la concentración de colegas de distintos medios, algunos nacionales, otros internacionales, otros independientes, algunos líderes de opinión presentes, todos ahí reunidos teníamos el mismo rostro de desolación, de tristeza y frustración al saber lo ocurrido y la información corría a cuentagotas, apenas ahí nos enteramos de dos de los nombres de las cuatro mujeres asesinadas y amordazadas. Mientras platicaba con un colega y amigo periodista del periódico más importante a nivel nacional nos enteramos también que una de las vías de investigación del Gobierno Capitalino era la de un robo, ¿en dónde dejaron pues las denuncias de acoso al periodista?, ¿debió ser alguien conocido el enlace para el multihomicidio?, ¿desde cuándo dejó la Ciudad de México ser el refugio de periodistas, activistas y personas perseguidas no sólo a nivel nacional sino internacional?

Son muchas las cuestiones, mucho el dolor que percibo entre mis contactos del medio periodístico y pocas las razones para seguir dejando que nos callen, aún cuando en este momento no estoy de manera oficial ejerciendo mi vocación que es el periodismo, no voy a quedarme con los brazos cruzados ante las agresiones y asesinatos a periodistas porque Rubén Espinosa, somos todos, todos aquellos que vemos la labor como una obligación, que vemos en el callar como una aberración y que si es posible hay que morir en la raya como lo hizo Rubén Espinosa, por ello firmo estas fotografías con su nombre.

Foto: Rubén Espinoza /Cuartoscuro.com

Foto: Rubén Espinoza /Cuartoscuro.com

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Periodismo

Se les ‘peló’ de nuevo un tal Guzmán Loera

La segunda fuga del ‘hijo de la Tuna’, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera representa para México la burla o la peripecia de un hombre valuado en millones de dólares que pudo y puede comprar al estado Mexicano y a otros más.

El Chapo Guzman-la-tuna-badiraguato_1La llamada ‘fortaleza’ representó para el ‘más buscado’ una simple bardita que ni siquiera necesitó saltar, pues como todo mundo sabía, era experto en túneles. Conoce la tierra como las veredas de la Sierra Madre Occidental, el lugar más seguro para el personaje ahora más famoso en cuanto a Narcotráfico en México se refiere.

17 meses estuvo aprehendido en el Penal Federal del Altiplano en Almoloya de Juárez, mientras su grupo de trabajadores rasgaban las gargantas de la tierra para merecerle una fuga tranquila, sin problemas ni peligros.

En los tiempos más violentos en el noroeste de México, específicamente en Sinaloa, la marca característica de Guzmán Loera fueron las cobijas, con las cuales mandaba al ‘más allá’ a sus enemigos dentro del crimen organizado, y al mismo tiempo sin que nadie lo sospechara (eso es una simple figuración) se infiltraba lentamente por debajo de nuestro suelo y el de Estados Unidos para pasar la droga que el Tío Sam pedía.

CJzPVHdVAAQju2I.jpg largeSus múltiples casas de Culiacán eran la muestra de ingeniería única para que pudiera escapar rápidamente en caso de verse en peligro.

Un boquete de 50 x 50 centímetros, un túnel de 1.5 kilómetros (hecho presuntamente en 3 meses) y 4 helicópteros fueron necesarios para que ‘El Chapo’ se les ‘pelara’ por segunda ocasión.

El capo ha aplicado la del ‘carrito de lavandería’ y ahora hizo como que ‘se lo tragó la tierra’, la primera en el Penal de Puente Grande en Jalisco, y ahora el sábado 11 de julio del 2015 desapareció en los baños de Almoloya de Juárez en el Estado de México mientras el presidente Enrique Peña Nieto viajaba rumbo a París junto a una comitiva costosa.

A dos días de su fuga, la información surge, las supuestas imágenes del narcotraficante en un helicóptero y una más donde aparece sentado con una botella aparentemente de cerveza han salido a la luz por medio del Blogdelnarco.com para dar testimonio de la noticia que ha movido al mundo, de nuevo, los países con grandes intereses y problemas de drogas tiemblan ante un hombre nacido en la sierra de Sinaloa, de pocos recursos, que no terminó ni la primaria pero que ha puesto el nombre de una entidad con una tierra rica para sembrar… lo que sea y que tiene décadas bañada en sangre.

¿Se le podrá perdonar al presidente Peña Nieto que se haya vuelto a escapar el ‘Chapo Guzmán’?, ya que luego de la captura de Guzmán Loera, el mandatario declaró “Sería imperdonable que se volviera a escapar”. ¿Cómo queda el gobierno de México ante este suceso que se ha vuelto a repetir?


¿Cuál será el organismo político que logre crear un estado sin corrupción para que este tipo de cosas no ocurran más?, o en realidad ¿algún día dejarán de ocurrir este tipo de noticias que nos dan vergüenza a la mayoría de los ciudadanos?

Todas estas dudas me surgen mientras que en Culiacán, la capital de narco mexicano la gente da ‘gracias a Dios’ por la fuga del ‘Chapo Guzmán’, y es que leyendas sobre la caridad hay y muchas sobre el ‘bandido generoso’ que tanto en la sierra como en la ciudad es conocido por llegar a restaurantes lujosos y de manera educada saluda a los comensales y les invita la comida, o como cuando lo capturaron, y lo trasladaban al que fue su hogar por más de un año en Almoloya, que a los agentes les hablaba de ‘jefe’ con educación y humildad.

Guzmán supo hacer negocios dentro del crimen organizado porque su vicio no han sido las drogas sino las mujeres y ese junto con su familia son también su talón de Aquiles, pero ni los golpes a su negocio con decomisos y atentados le han sesgado tanto como las múltiples enfermedades que lo aquejan a sus 60 años de edad. Guzmán Loera tomó su dosis de medicamento diaria cerca de las 8:00 de la noche, y de pronto… desapareció.

¿Volverá a aparecer Joaquín Guzmán Loera?, ¿será esta vez vivo o muerto?, la leyenda sigue escribiéndose.

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