Género, Mis historias, Violencia

Hemos fallado

Hace un par de días fui al cumpleaños de una querida amiga a un conocido restaurante de alitas y la realidad de nuestra sociedad me dio una tremenda arrastrada. En la pedidera de bebidas, ella se pidió su respectivo tarro de chela mientras que su esposo que era quien conduciría ese día había pedido una bebida frapeada sin alcohol, por obvias razones. Al llegar con las bebidas el mismo mesero que había anotado la comanda, adivinen qué fue lo que hizo. Le dio la chela al esposo de mi amiga y a ella le dejó la bebida sin alcohol.

A ver muchachos y muchachas, ¿en qué momento se estipuló por regla que nosotras no bebemos? No es una cuestión de género que alguien tome, fume, baile, se desnude o coja a diestra y siniestra. Por otra parte, hay veces en las que las mujeres son etiquetadas bajo la palabra ‘putas’ por decidir tener amoríos con varios hombres, mientras que cuando un hombre es el que tiene a varias mujeres a la vez se le llama un ‘Don Juan’, un ‘casanova’, un conquistador y hasta es subido en hombros por sus congéneres. ¿Cuántas de ustedes cocinan todos los días para sus parejas? ¿Cuántas de ustedes lavan la ropa de ellos? ¿Quién tiende más la cama? ¿Quién es la persona que más recoge las cosas de suelo o que ordena las áreas de una casa? ¿Qué es más común aún hoy en día, que los hombres o las mujeres se encarguen de cuidar y educar a los hijos?

Seguramente si Simone de Beauvoir estuviera viva aún, le da el inflarto al ver que las cosas no han cambiado mucho. Hoy en día el tema del acoso contra las mujeres se ha vuelto un escándalo difícil de ocultar en el que personas poderosas y famosos se han visto involucrados. No olvidemos ni dejemos de lado que no solo en el cine se da este tipo de prácticas nefastas, recordemos y evidenciemos a cualquier pendejo con tantito poder que a veces se quiere pasar de listo. Tampoco olvidemos que quienes criaron a esos abusadores o acosadores fueron otras mujeres, igual dejemos en claro que nosotras mismas hemos sido machistas sin querer o queriendo, que algunas madres también han criado a machos que esperan aún en nuestro siglo veintiuno que una mujer los atienda, nomás por sus huevos.

Como tampoco esto es para echarles la culpa a unos y a otros no, dejémoslo en que todos tenemos vela en este entierro. Como sociedad nos hemos quedado mal al saber que si una mujer sale a la calle con una minifalda o un escote seguramente más de un tipo le dirá algo como: “mamacita”, “sabrosa”, “que piernotas”, “mira nada más que tetas”. Nos hemos fallado al seguir aceptando que los hombres deben ganar mucho más que las mujeres aún cuando ellas tengan rangos más altos en las empresas o el mismo puesto que ellos. Nos hemos fallado cuando muchas de las mujeres directivas les han pedido a sus colaboradoras no embarazarse o incluso han decidido correr a embarazadas o simplemente han decidido no emplear más mujeres para “evitarse problemas y ausencias”. También nos fallamos como sociedad al tener que ser nosotras las que dictemos los roles con nuestras parejas sobre quién hará la comida o quién lavará los platos sucios. Y desde luego, fallamos en cantar canciones en las que las féminas somos tratadas como meros objetos sexuales. No te hagas, seguramente has bailado más de una vez alguna de Maluma en la party.

Justo hablaba sobre este triste tema con mi compañera de trabajo, y ella me decía «la sociedad no quiere igualdad entre hombres y mujeres, lo que quiere son supermujeres. Nos están dando ‘oportunidad’ de salir y ejercer nuestras profesiones pero también de alguna forma somos obligadas a llegar a casa y limpiar, hacer de comer, cuidar a los hijos y estar bien buenas para el marido». Si bien antes nosotras no podíamos ni votar, hoy existen aún muchas religiones en las que el discurso durante una ceremonia de nupcias es caduco. Las mujeres deben jurar ante Dios ser sumisas o doblegarse ante sus maridos, yo misma lo he escuchado.

¿De quién dependerá entonces que nosotras podamos ser libres de verdad? ¿Cuándo terminarán los roles de la sumisa y el amo? ¿Habrá un día en que hombres y mujeres de verdad sean iguales y cooperen en las labores del hogar de manera equitativa?

Perdón Simone, pero en este cumpleaños no tengo ninguna buena noticia respecto a la evolución de la sociedad para darte de regalo.

Estándar
amor, app's, Happn, Mis historias, romance, Tinder

Lo que NO DEBES HACER para ligar en Happn o Tinder

Nunca he sido una femme fatale o una María Félix para atrapar hombres cual señor Miyagi atraparía moscas con unos chopsticks, de hecho siempre tuve cero posibilidades de ligar en cualquier lugar.chopsticks-o

Pero gracias a la madre Tecnología, las cosas pueden resultar más fáciles en cuestión de ligue y bendita la hora en la que a unas mentes retorcidas y con visión en el fácil y buen coger se les ocurrió Tinder o Happn, porque créanme, hay quienes de plano no saldrían ni en promoción de #BuenFin con súperultradescuentos.

Después de perder el miedo con mi primer ‘date’ de Tinder, pues una se vuelve más atrevida y adquiere fama y respeto entre sus amigos.

De hecho los muy cabrones (es de cariño) me apodaron la ‘reyna de Tinder y de Happn’, porque ante sus ojos a todo aquel que le ponía el ojo y el corazoncito resultaba ‘match’ o ‘crush’… ustedes me entienden, esto del lenguaje de las app’s, cosa de la modernidá a la que su servidora y millenial nacida en el último chorrito de los 80’ está familiarizada.

Y no es por presumirles, pero de filtros para elegir la pareja en turno, los hombres no saben nada, en cambio las féminas somos más quisquillosas; que si tiene ojitos coquetos y aventureros (porque mientras uno voltea a ver Canadá, el otro volteaba para el Cusco), que si se ve muy fiestero, que si en todas sus fotos sale con una chica distinta, que si esto, que si aquello. El caso es que aún con todos los filtros y los peros que pude ponerle a mis búsquedas en Tinder y Happn he llegado a tener hasta el día de hoy 583 hombres disponibles en mi lista tinderiana y 486 varones en mi Happn dispuestos (tal vez) a tomarse un ‘algo’ con esta su humilde escribiente.

Así que después de esas cifras y de haber salido con unos cuantos jóvenes y capoteado una que otra directa muy directa de alguno de ellos voy a darles una serie de consejos que sé, pueden servirles un poco para tener éxito al ligar o quedar bien con la dama en cuestión que te encontraste en Happn, Tinder o en algún lugar de perdición. ¡Se los pido, háganse un favor!

Nunca, léelo bien, Nunca le digas la romántica frase: ¿COGES?tumblr_mlvi9n2mkc1qa9b5co1_500

Que tu primer acercamiento vía mensaje o en persona sea preguntarle a una chica que si coge no es tan cute como piensas. Claro, desde la más fresa, la intelectual, la dark, la mojigata, la médico o ingeniera, la seria, la relajada… toooooodas cogemos pero no contigo ¡Idiot!

No uses Photoshop en las fotos que subes a tu perfil de Tinder o Happn

De verdad, ¿a quién engañas?. En mi experiencia puedo decir que siempre desde mi descripción les advierto: “Gorda en proceso de dejar de serlo…” frase matona que me ha llevado a conseguir el éxito ya que todos me dicen “ay, si no estás gorda”. Ya sé, un hombre puede decir cualquier mentira con tal de tener sexo, pero la clave está en mostrarse tal y como eres para que luego no regales decepciones cuando llegue la hora de conocerse en persona. Luego me han contado cada cosa. Claro, trata de poner tus mejores fotos, no como este guapísimo que me encontré por ahí:IMG_6707[1]

1L2L

¿Y por qué siendo tan guapa estás tan solita?tumblr_m4nrnta9ix1qggj8qo1_250

Creeme, es por tóntules como tú.

Nunca pongan fotos grupales o con sus anteriores parejasanigif_enhanced-16015-1415047537-1

Señores, señoritos, es difícil saber quién diablos eres cuando en todas tus fotos de perfil de Happn o Tinder estás acompañado. Y claro cuando sales medio romanticón con alguna chica pues te resta matches.

¿Quieres ver una foto de mi ‘amiguito’?cute-concerned-fan-reaction

¡Cuidado que tu ‘amiguito’ puede saltar a la fama!

Creo que me he enamoradotumblr_m2ozb1crrs1rnggk0

¡Poooooooor favor!, olvídate que te vuelvan a llamar después de haber dicho que en menos de 5 minutos quedaste súper enamorad@.

”No, yo ya traigo mi agua de limón”

Aunque seas el o la más tacaña del planeta, no se te ocurra llegar al café ya con tu agua reciclada. Queridos, si hay crisis en el bolsillo, evita salir. Es cruel, pero hay que sobrellevar la pobreza con elegancia.tumblr_inline_ncg8w3no4b1r6xb6e

Nunca llegues tarde a una cita o de plano no llegues

Todo aquel que ha llegado tarde a un date o me ha dejado como ‘novia de pueblo’ está descartado de mi lista, nadie dispone de mi tiempo. Por educación, procura decirle a tu cita en cuestión que vas retrasado o que de plano no podrás verle ese día.11

La primer cita no es para hablar de las frustraciones amorosas56820-ser-aacute-que-vai-doer-620x0-1

Mala suerte si aún no superas a tu ex, pero querid@ nunca hables de tu relación pasada cuando estés en tu primer cita, podrías arruinarlo sin haber iniciado.

Antes de iniciar en el mundo de estas modernas y sofisticadas aplicaciones para ligar debes tener en claro ¿qué quieres y qué buscas?

Porque tenlo por seguro, todos tus prospectos te lo van a preguntar y para que veas que soy buena onda te diré que todos quieren SEXO (fácil). ¿Qué?, ¿pensabas encontrar al amor de tu vida en Tinder o Happn?flirt_-_kamikaze

Ahora bien, espero de corazón hayan comprendido por qué esa chica o chico corrió como mosca fumigada o por qué ya no te volvió a llamar o whatsappear.

Estos lindos consejos les doy porque su buena amiga soy y como Mizada, yo también los quiero mucho y los quiero ver triunfar.tumblr_lqcorz3gk41qb8y9jo1_250

 

¡Sueeeeerte matador!

7

Estándar
amor, app's, Happn, infidelidad, Mis historias, Periodismo, romance, Tinder

El amor (y la infidelidad) en los tiempos de las Apps Parte 3

Hoy por la mañana mientras miraba las noticias escuché una frase fantástica que va muy de acuerdo a esta parte de mi estudio antropológico sobre las aplicaciones para las relaciones personales: “Los únicos hombres fieles que existen, son los fieles difuntos”.

Claro, no sólo los hombres pueden ser infieles, también las mujeres y más cuando entre la clandestinidad del internet, algunos aprovechan el ‘match’ o ‘crush’ para el desestrés del día a día.

Mientras escarbaba el catálogo de caballeros en Tinder pude ver algunos que su primer foto para impresionar o ligar era nada más y nada menos que… ¡la de su boda!, o la bonita foto en pareja.

Pero nada de esto tiene sentido si no les voy a contar la mejor historia de hombres curiosos con pareja que me encontré en Tinder, y por la cual soy la bruja malvada del cuento o la puta que coqueteó con un hombre que tiene novia.

Resulta que un día mientras hacíamos work lunch mis amigas y yo, me puse ‘a ver qué miraba en el Tinder’ y ¡que me voy encontrando al novio de una compañera!

Para ser certeros, nunca lo había visto en persona al sujeto en cuestión, pero como a la compañera la tenía en Facebook, pues siempre sus posteos eran dedicados al ‘MEJOR NOVIO DEL PLANETA’, el cual me acababa de encontrar en la app.

12200638_916026871767094_1439567615_n¿Qué hice?… pues grité y se lo dije a mis amigas, las cuales me dijeron: “dale corazón a ver qué pasa” (sí fue así no se hagan, diablillas). Y pues yo soy bien obediente así que le di Like, y en segundos, Tinder me dijo: “It’s a Match! Fulanito y tú se gustan”.

Y así inició todo, en una plática en la cual comencé diciéndole que creía conocerlo, pero que no estaba segura, luego mis amigas que le dijera esto y aquello, mientras decíamos que era un cabrón por tener novia y estar buscando ‘algo’ en Tinder.

¿Qué te parece si vemos películas?, fue la pregunta comprometedora que me hizo, seguida por ¿tienes roomies?, mi respuesta fue sí, sí tengo. Yo le pregunté que si él tenía y me contestó que también tenía, “pero que se iban”. Atentos, tanto mis amigas como yo sabíamos que este tipo vivía con nuestra compañera, y comenzamos a blasfemar.

Culminamos en que veríamos películas en su casa… sí, el viejo truco de ‘ver películas’, y yo me chupo el dedo ‘Fulanito’.

La verdad no pude con eso, la chica me caía muy bien, a mi ver era una buena mujer y muy inteligente. Al día siguiente le dije la neta, que conocía a su novia y que desde el principio sabía quién era y que sólo estaba viendo hasta dónde iba a llegar, a lo que él así quitadooote de la pena me dijo –“Ay no, no pasa nada, estoy en Tinder porque estoy viendo cómo funciona la aplicación”, también sabíamos que era arquitecto, osea, nada que ver con informática, diseño de app’s ni nada de eso, pero le otorgo el beneficio de la duda. Yo le comenté que pues ni me interesaba cuál era su coartada, ya que la novia no era mi amiga, ni tampoco iría con el chisme a decirle, ya saben, esas cosas siempre resultan mal.
12204683_916026878433760_1103397163_nAsí que, le dije que no le diría nada a su novia pero que se fijara a quién le daba match ya que en una de esas se topaba con alguna que sí fuera amiga de su novia y entonces sí, la cosa se pondría fea.

Después de eso, la novia me eliminó de Facebook, luego me volvió a pedir una solicitud de amistad a la cual yo acepté porque nunca pensé que el novio, que además de mala coartada le dijera algo.

Hasta el momento, no sé qué fue lo que el novio cobarde le dijo, no me interesa mucho, sólo les puedo decir que la compañera no me habla, me ignora y seguro cada que me mira no me ha de bajar de zorra.

Y bueno, después me encontré a dos que tres casados, uno excompañero que me explicó que estaba en Tinder para ‘vender’, otro que de plano sí me dijo que era un cabrón y que buscaba amantes.

Su historia es muy interesante, ya que al momento somos amigos y me muestra esa otra cara de Tinder, la de la clandestinidad y las citas en secreto a los moteles, de esas que al salir ‘ni te conozco, ni te he visto en la vida’…

¿Cómo ven?, ¿Quieren saber más?

Estándar
Mis historias, Periodismo

El amor en los tiempos de las Apps Parte 2

En pleno siglo XXI cuando una parte del ser humano trata de reconectarse con la naturaleza, buscan consumir más alimentos orgánicos, concientizarse del cambio climático, uno de los aspectos de éxito en la vida de las personas se ha revolucionado; EL AMOR, EL ROMANCE Y LAS RELACIONES PERSONALES.

A la fecha existen cientos de libros, películas, canciones, poemas, obras, entre muchas cosas más que nos hablan del amor, viendo el cortejo como algo romántico y maravilloso, sin embargo para los jóvenes eso resulta aburrido y poco emocionante.

¿Qué es Tinder? Lo resumiré, es el “Cupido” de nuestros tiempos, no trae flechas, ni alas, ni pañales, tampoco es un querubín travieso que anda por la vida haciendo de las suyas. Tinder está al alcance de un ‘tache’ o de un ‘corazón’, de un ‘Yes’ o de un ‘Nope’, y sólo utilizando tu celular.

Las cifras de Forbes presumen que la aplicación de la llama facilita 14 millones de encuentros románticos por día en todo el mundo… ahora entiendo por qué Cupido se jubiló.

TinderRetomando la primera impresión que tuve al abrir mi aplicación, les puedo contar que lamento no haber grabado mi cara de sorpresa y morbo. Lo primero que hice fue enlazar Tinder con Facebook, y rápidamente los dioses del algoritmo comenzaron a actuar pues ante mí pude tener a un vistazo cientos de hombres con un rango de 18 a 55 años, a una distancia de hasta 160 km de mi ubicación.

Al leer sobre esta app, descubrí que para que fuera más efectiva mi búsqueda del amor debía optimizar mis preferencias de búsqueda, y claro, puse las fotos en las que mi gordura no fuera tan evidente y ¿qué creen? ¡FUNCIONÓ!

Recuerdo que el primer ‘match’ (palabra utilizada por Tinder para decirte que a la persona que le acabas de dar Like o corazón también le gustaste) fue un chavo de 27 años, atlético, viajero, y muy guapo, ¡no lo podía creer!, les juro que en si nos hubiéramos encontrado en un bar o en un antro, jamás se hubiera fijado en mí, pero contra todo pronóstico ligué con un forrazo y sus primeras palabras dulces, románticas y tiernas para enamorarme fueron: “¿Coges?” .

Paso siguiente, me asusté y cerré la app cual adolescente ñoña que tiene miedo a todo.

Obvio no me iba a dejar vencer y mi morbo pudo más que mi moral, así que seguí hurgando a Tinder y cuando menos pensé, en menos de 3 semanas tenía más de 100 hombres con los cuales podría salir o tener una cita, pero en realidad, sólo escribía con 10, de los cuales con 5 no pasaba del “hola”, “¿cómo estás?”, y de los otros 5 contactos útiles, con 3 había compartido número telefónico o una red social.

Sí hubo quienes eran más elaborados a la hora de pedirme una noche de copas, una noche loca, otros de plano se iban a la segura y me aclaraban que nada de romance y pura acción.

La verdad me dio miedo y en un mes de haber descargado la app, la eliminé de mi celular.

Pero la verdad me había quedado con la espina de qué podría haber pasado sí seguía buscando a Romeo entre tanto Jumeo, así que hace unos 4 o 5 meses la descargué de nuevo y fue así como llegó a mí la idea de escribir sobre lo que los jóvenes de hoy queremos en las relaciones personales y cómo le hacemos para lograrlo.

Mi primer cita tinderiana fue con… le pondremos “Oaxaca”, tuvimos afinidad en cuanto a música, ambos estudiamos lo mismo, y nos gustaba el cine, por ello decidimos salir al cine, en realidad nos divertimos, platicamos mucho y fue ameno. Tenía muy claro que no quería una relación, así que evidentemente al descubrir eso ya sabía a dónde iba todo.

Y es que en la actualidad, tanto hombres como mujeres tenemos terror al compromiso, la palabra nos da como un hormigueo en todo el cuerpo, y eso se pone peor después de dar por perdida una relación en la que te viste dando el sí, obviamente después de dar otras cosas. Tener una relación implica, sacrificar: dinero, otros prospectos o amigos cariñosos, aprender el bonito arte de ceder por la otra persona, compartir tu espacio, tu comida, tu día a día y sobre todo tu valioso tiempo para que al final, todo termine en un ‘muchas gracias por participar’ si en realidad no es la persona de tu vida, o decides que no quieres compartir tu vida para siempre con él o ella.

Entonces, una de mis primeras conclusiones a las que llegué al analizar Tinder es que ahí llegamos todos aquellos que acabamos de terminar una relación, los que desean tener sexo sin complicaciones y con personas distintas cada vez y sin pagar por ello, alguno que otro casado, o con novia que desea echarse una ‘canita al aire’ y los que piensan erróneamente que ahí van a encontrar a su media naranja.

Y retomando el tema de los que les gusta tener de ‘a dos’, pronto les contaré a cuántos casados o con novia me he encontrado buscando algo más…

Pero esa, es otra historia.

Tengo tanto para contarles.

Estándar
Mis historias, Periodismo

El amor en los tiempos de las Apps 1 era parte

romeo-julieta--644x362Cuenta la leyenda que hace muchos años, cuando nuestros abuelos y aún en la época de nuestros padres, el amor a primera vista o el cortejo ese de las películas de antaño sí existió.

Esos amores a la Romeo y Julieta, o como el de mi abuela y mi abuelo que se conocieron desde pequeños cuando mi ‘Tata’ andaba con sus ‘cosas al aire’, y mi ‘Nana’ ya lavaba la ropa de toda su familia y tiempo después sus encuentros eran en el patio de la casa de mi abuelita, sentados a una distancia de 10 metros desgranando elotes, mientras que mi bisabuelo los vigilaba con ojos de pistola.

Resulta ingrato decir que el amor no existe, cuando veo entre algunas de mis amigas y amigos suspirar por sus parejas en medio de mí, la solterona del grupo, la quedada en mi pueblo, la que se va a quedar sola según mis enemigas.

tinder-problemas

IMG_6679Después de terminar una relación de la que pensé ‘sería la buena’, quedé devastada, y me prometí no sufrir jamás, entonces alguna de mis amigas me pasó un tip para divertirme un poco… Y es ahí donde empieza esta travesía.

Por eso el logo de la ‘llama’ pues es fuego o casi un incendio lo que puedes encontrar al picarle a Tinder.

La primera vez que abrí la app quedé impactada al ver una especie de catálogo de hombres de todas las edades, complexiones, estaturas y colores. Confieso que nunca fui ni soy buena para eso del ligue, así que ya se imaginarán el temor de no tener un solo ‘match’ en Tinder.

Pero no saben cómo me fue…

Estándar